He recuperado el usuario y contraseña del blog, así que podré pasarme por aquí para hablar con mi psicólogo de vez en cuando...osea, el teclado.
Una enhorabuena para todos aquellos que votamos en estas pasadas elecciones y ánimo a aquellos que no encontraron motivación suficiente, si acaso para votar en blanco. Yo me he saltado alguna elección, así que tampoco puedo criticar mucho...
No creo que la corrupción haya cambiado mucho en España desde mis posts de hace unos años. Creo que gran parte de mi rabia era por no ver que se hiciera nada al respecto: "nunca pasa nada". Quizás lo que si ha cambiado algo es que la justicia ahora a veces intenta hacer algo sobre ello. Pero esto no acaba aquí. La mayoría de abusos e injusticias ocurridas durante años seguirán sin aparecer y nadie pagará por ello. Y sin querer sonar a pesimista sin remedio, la crisis real, ni ha acabado ni acabará en un corto plazo. Por crisis real quiero decir la crisis ético-moral en la que nos vemos envueltos. En la España actual, en mi modesta opinión y según lo que vivido, roba el que puede. Como tantas afirmaciones absolutas, claro que hay excepciones, pero el problema no es esa excepción, sino la norma.
Es curioso al oir hablar a la gente cómo parece que esta clase política ha salido de algún remoto lugar del espacio y no tiene nada que ver con el resto de españoles... pos no... son un extracto, una porción, una muestra de lo que hay... los políticos son un trocito de nosotros.
Con los cambios políticos recientes, supongo que podremos "parchear" un poco; que unos pocos poderosos de antes no salgan impunes por alguno de sus abusos del pasado. El problema es que, al igual que no me fío de la antigua "casta", tampoco me fío de la nueva. El que no me parece deshonesto, me parece incompetente, el que no me parece interesado, me parece ambicioso (en el mal sentido),...no me fío. Y la verdad es que no sé si el problema se llama "casta". Lo que sí sé es que hay señores, vasallos y feudo, como siempre. Las cosas simplemente cambian de nombre: antes señor feudal...ahora casta. Yo sigo de vasallo, así que me permito el lujo de criticar a todos aquellos que me pretenden representar. Si parezco soberbio y prepotente, ese es mi derecho de vasallo.
Esto de volver a plasmar mis pensamientos puede ser bastante deprimente...
Acabaré hablando de nuestra esperanza: los niños. Con educación, de la de verdad, y personas que sirvan de ejemplo, también de verdad. Podemos focilizar nuestros esfuerzos al corto plazo: paro, intereses, deuda, inmobiliaria y construcción, banca, etc, pero no acabaremos con la crisis real. Personas educadas y honestas, con principios y un alto grado de moralidad versus la postura de los que se creen más listos y pillos que nadie y que son capaces de cualquier cosa por beneficiarse... eso que llamamos con generosidad la "picardía española", que hablando en plata significa "robar a la española".
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